Por José M. Santa Cruz G.
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El domingo pasado acabó el proceso de la generación 2007, con la estrecha llegada entre PALOMA INFIEL y FEBO APOLO en el clásico El Derby, se acabo un ciclo para los caballos que protagonizaron y se llevaron gran parte de la expectación del público y la prensa, el favorito de la prensa MATOMONDO y del público PASO AL FRENTE, la lesionada DIANA CAZADORA, los regulares KURBAT (ganador del Saint Leger) y FEBO APOLO, el tardío REAL MERCHANT* y por último PALOMA INFIEL ganadora de dos de las tres etapas de la triple corona nacional (El Ensayo y El Derby), entre otros tantos caballos, pasarán a formar parte del imaginario hípico, retomados en conversaciones y recuerdos, serán parte de las estadísticas, unos pocos serán protagonistas de las carreras para caballos mayores, otros serán exportados, muy pocos serán parte de competiciones internacionales y las hembras comenzarán su proceso de cría.
Tras el triunfo de la potranca PALOMA INFIEL quedó la idea en el ambiente de que podría haber ganado la triple corona nacional, al ausentarse del clásico Saint Leger del Hipódromo Chile en Santiago, relegó todas sus posibilidades de ganar las tres carreras más importantes para la generación. Pero más allá de especular en las posibilidades que la hija del potro chileno AUGURI, podría haber tenido de triunfar en la pista de arena, son varios los temas que quedan dando vueltas y que son eclipsados por la nueva generación que se aprestar a tomar el protagonismo de la escena hípica.
El primero es el porqué desde 1990, donde el mitificado Wolf logró vencer en las tres pistas nacionales, ningún potro o yegua a logrado llevarse la triple corona nacional. Uno podía especular inicialmente que para que ello acontezca debe ser un ejemplar súper dotado, especial y “divino”, lo más probable es que varios de los periodistas hípicos responderán desde sus particularidades dentro de este espectro. No obstante, ¿realmente existen los incentivos para que un preparador y dueño, más allá del valor simbólico, piense en ganar la triple corona, cuando algún empresario hípico extranjero ofrecen millonarias cifras por los ejemplares? El caso más patente es COCOA BEACH y HOST en los últimos años, equinos que perfectamente podrían haber llevado el título de triple coronado nacional.
Dentro de esta misma lógica, ¿por qué no sea crea un incentivo económico importante para el ganador de la triple Corona Nacional que incentive a dueños, preparadores y jinetes ha poner como meta este logro? Como si lo hace el Hipódromo Chile en su triple corona particular, que otorga 500 mil US$ al ganador. A esta pregunta se le podría sumar la siguiente ¿cuál es el afán de crear y levantar nuevas triple coronas? Como son el caso del Hipódromo Chile con la de Hembras de la generación y el Club Hípico de Santiago con la de Machos de dos años y de hembras mayores. Y por último ¿por qué la triple corona en vez de estar programada con tantos meses de diferencia cada carrera, no piensa de manera más consecutiva que asegure la participación de todos los ejemplares?
Las respuestas evidentemente no deberán buscarse en las motivaciones personales de cada uno de los protagonista o en las capacidades de los caballos, sino mas bien en la forma en que se piensa la actividad local. Toda la hípica chilena, en mayor o menor medida está pensada para la exportación, es por esto que un caballo que logra la futura triple Corona para Machos de dos años, tendrán dentro de su carta de presentación ser el ganador de una Triple Corona y podrá aumentar su precio en el Mercado Global (que en Chile se entiende por EEUU principalmente) y no tendrá que esperar a ser ganador de un Grupo 1 para aumentar su valor, ya que dichos clásicos son muy tardíos para un mercado que valoriza más la novedad o las posibilidades de ganar que los triunfos propiamente tal, así mismo el de Hembras mayores valorizan a las crías que en un futuro engendrarán y serán portadoras de los carteles de sus madres, adelantando así su proceso competitivo a la especulación del mercado.
Por otro lado, pensar en cambiar el cronograma de los clásicos como el crear un fondo para quien logre triunfar en las tres competiciones, tendería, supuestamente por cierto, ha desacelerar el mercado ya que concentraría la mercancía (caballos) en el país y desincentivaría la venta, el flujo de activos y la inversión (nuevos reproductores e instalaciones, entre otros). Sumado a esto, al planificar tres carreras tan distanciadas en el tiempo, asegura que cada una de esta pueda servir como cartel para diferentes caballos en el mercado o para que los caballos tardíos, es decir que debutan tardíamente. Los que suben el valor de dichos ejemplares y sus posibilidades de ventas. Si bien, existen casos puntuales que podrían esgrimirse, la tendencia refiere a un modelo de exportación global, donde la competencia es una excusa o un mal necesario, ara llevar acabo el modelo de modernización neoliberal.
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* Ganador del clásico clasificatorio para el Gran Premio Asociación de Jockeys Latinoamericanos en el Hipódromo Chile.
El domingo pasado acabó el proceso de la generación 2007, con la estrecha llegada entre PALOMA INFIEL y FEBO APOLO en el clásico El Derby, se acabo un ciclo para los caballos que protagonizaron y se llevaron gran parte de la expectación del público y la prensa, el favorito de la prensa MATOMONDO y del público PASO AL FRENTE, la lesionada DIANA CAZADORA, los regulares KURBAT (ganador del Saint Leger) y FEBO APOLO, el tardío REAL MERCHANT* y por último PALOMA INFIEL ganadora de dos de las tres etapas de la triple corona nacional (El Ensayo y El Derby), entre otros tantos caballos, pasarán a formar parte del imaginario hípico, retomados en conversaciones y recuerdos, serán parte de las estadísticas, unos pocos serán protagonistas de las carreras para caballos mayores, otros serán exportados, muy pocos serán parte de competiciones internacionales y las hembras comenzarán su proceso de cría.
Tras el triunfo de la potranca PALOMA INFIEL quedó la idea en el ambiente de que podría haber ganado la triple corona nacional, al ausentarse del clásico Saint Leger del Hipódromo Chile en Santiago, relegó todas sus posibilidades de ganar las tres carreras más importantes para la generación. Pero más allá de especular en las posibilidades que la hija del potro chileno AUGURI, podría haber tenido de triunfar en la pista de arena, son varios los temas que quedan dando vueltas y que son eclipsados por la nueva generación que se aprestar a tomar el protagonismo de la escena hípica.
El primero es el porqué desde 1990, donde el mitificado Wolf logró vencer en las tres pistas nacionales, ningún potro o yegua a logrado llevarse la triple corona nacional. Uno podía especular inicialmente que para que ello acontezca debe ser un ejemplar súper dotado, especial y “divino”, lo más probable es que varios de los periodistas hípicos responderán desde sus particularidades dentro de este espectro. No obstante, ¿realmente existen los incentivos para que un preparador y dueño, más allá del valor simbólico, piense en ganar la triple corona, cuando algún empresario hípico extranjero ofrecen millonarias cifras por los ejemplares? El caso más patente es COCOA BEACH y HOST en los últimos años, equinos que perfectamente podrían haber llevado el título de triple coronado nacional.
Dentro de esta misma lógica, ¿por qué no sea crea un incentivo económico importante para el ganador de la triple Corona Nacional que incentive a dueños, preparadores y jinetes ha poner como meta este logro? Como si lo hace el Hipódromo Chile en su triple corona particular, que otorga 500 mil US$ al ganador. A esta pregunta se le podría sumar la siguiente ¿cuál es el afán de crear y levantar nuevas triple coronas? Como son el caso del Hipódromo Chile con la de Hembras de la generación y el Club Hípico de Santiago con la de Machos de dos años y de hembras mayores. Y por último ¿por qué la triple corona en vez de estar programada con tantos meses de diferencia cada carrera, no piensa de manera más consecutiva que asegure la participación de todos los ejemplares?
Las respuestas evidentemente no deberán buscarse en las motivaciones personales de cada uno de los protagonista o en las capacidades de los caballos, sino mas bien en la forma en que se piensa la actividad local. Toda la hípica chilena, en mayor o menor medida está pensada para la exportación, es por esto que un caballo que logra la futura triple Corona para Machos de dos años, tendrán dentro de su carta de presentación ser el ganador de una Triple Corona y podrá aumentar su precio en el Mercado Global (que en Chile se entiende por EEUU principalmente) y no tendrá que esperar a ser ganador de un Grupo 1 para aumentar su valor, ya que dichos clásicos son muy tardíos para un mercado que valoriza más la novedad o las posibilidades de ganar que los triunfos propiamente tal, así mismo el de Hembras mayores valorizan a las crías que en un futuro engendrarán y serán portadoras de los carteles de sus madres, adelantando así su proceso competitivo a la especulación del mercado.
Por otro lado, pensar en cambiar el cronograma de los clásicos como el crear un fondo para quien logre triunfar en las tres competiciones, tendería, supuestamente por cierto, ha desacelerar el mercado ya que concentraría la mercancía (caballos) en el país y desincentivaría la venta, el flujo de activos y la inversión (nuevos reproductores e instalaciones, entre otros). Sumado a esto, al planificar tres carreras tan distanciadas en el tiempo, asegura que cada una de esta pueda servir como cartel para diferentes caballos en el mercado o para que los caballos tardíos, es decir que debutan tardíamente. Los que suben el valor de dichos ejemplares y sus posibilidades de ventas. Si bien, existen casos puntuales que podrían esgrimirse, la tendencia refiere a un modelo de exportación global, donde la competencia es una excusa o un mal necesario, ara llevar acabo el modelo de modernización neoliberal.
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* Ganador del clásico clasificatorio para el Gran Premio Asociación de Jockeys Latinoamericanos en el Hipódromo Chile.